Echar la culpa a los demás es muy fácil. Y muchas veces no es más que una forma de no reconocer nuestros propios errores, de no ejercer nuestra responsabilidad.
.
«Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturaleza de tus errores.».
.
Esto ocurre porque la mente trata siempre de deslindarse de los problemas y, sobre todo, de las culpas. Es como una especie de protección hacia los ataques de otros, que a veces realmente son más producto de nuestros miedos e imaginación..
.
Antes de decir “me equivoqué”, es probable que digamos que fue por la mala suerte, el clima, el jefe, el transporte, el zodíaco o la alineación de los planetas. No importa, cualquier excusa es buena para evitar afrontar la realidad y asumir los errores..
.
Pero debemos entender lo siguiente: Asumir los errores es aprender de ellos, y eso nos permitirá crecer como personas.
.
Es una tarea que no es nada sencilla, pero que tampoco es imposible. El punto de partida para dejar de echarle la culpa a los demás.
.
Es necesario dejar que los demás nos corrijan, sacarnos de encima las capas de esa gran coraza que se llama orgullo, y sobre todo, ser sinceros con nosotros mismos,.
.
Asumir los errores es aprender de ellos, y eso nos permitirá crecer como personas. Pero también nos ayudará a comprender a los demás cuando comentan fallos y a perdonarlos si nos han afectado de algún modo. .
.
Podemos comenzar a practicar con el próximo error que cometamos. Aceptar que nos cuesta levantarnos cuando suena el despertador, concentrarnos para entregar a tiempo los trabajos, estudiar para un examen o prestar atención a la comida nos hará sentirnos mejor, de manera interna y por consecuencia, externa.
.
Es importante saber que todos podemos errar y no por ello valemos menos, cuando realizamos una acción que conlleva un resultado no deseado, es mucho más sano mirar hacia dentro que buscar culpables fuera. De esta forma, aprenderemos y creceremos como personas..
Comments