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RECONOCIENDO TU SOMBRA

Es posible que en tu familia o grupo de amigos haya alguien que «no tragas», alguien que no te «cae bien» o directamente que no soportas.


También puede ser que no tengas esta situación (raro, raro…), pero que te encuentras con algunos aspectos de carácter o conducta de familiares cercanos (hijos, pareja, padres…) que no te gustan.

Si por el contrario estás iluminado y en un estado continuo de presente y aceptación plena, este artículo no es para ti… aunque déjame dudarlo.


Cada una de las cosas que no te gustan, que no soportas, que te molestan de los demás, y más aún cuando te molestan más de la cuenta… pertenecen a lo que Carl Jung llamaba la Sombra.


Él decía «Todo lo que nos irrita de los demás, nos puede ayudar a entendernos a nosotros mismos.»


La Sombra hace referencia a todos nuestros aspectos ocultos, positivos o negativos. Son partes de nuestro inconsciente que están negadas o escondidas.


Lo que normalmente muestras al mundo, es tu personalidad (del griego persona=careta, máscara), y la sombra es aquello que escondes.


¿Has oído hablar del famoso cuento de Robert Louis Stevenson, el Dr. Jekill & Mr. Hyde.?

Hace referencia a un doctor que elabora una poción con la capacidad de separar la naturaleza del hombre (el bien y el mal) y así por el día es un hombre bueno, el Dr. Jekill, y por las noches se convierte en Mr. Hyde, un hombre que muestra la parte oscura de su propia alma.


Se dice que «todo Dr. Jekill tiene su Mr. Hyde», a veces muy muy escondido y enjaulado dentro de sí.


¿Y por qué escondemos nuestra sombra?


Muchas veces para ser «buenos», para estar dentro de los dogmas sociales o familiares, y de ese modo sentirnos aceptados por los demás.


Se nos educa para ser fieles a las normas, a los dogmas, para agradar a los demás… aunque hacer esto signifique ir en contra de nuestra propia alma.


Carl Jung decía «Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad.»


Si quieres conocerte más profundamente, observa todo aquello que juzgas en los demás, observa las situaciones repetitivas en tu vida, mira aquello que nunca harías. En todo ello encuentras tu Sombra.


¿Vas entendiendo qué es la Sombra?

Pues vamos a ver qué hacemos cuando nos encontramos con algo que nos molesta:

¿Te paras y piensas: «Es simplemente una proyección de mi Sombra, voy a mirar dentro de mí, a ver qué puedo aprender de esto.»?


Creo que no, ¿verdad? Aunque tendría mucho sentido.


Lo que abunda, cuando nos encontramos con algo que nos molesta es enfadarnos, juzgar, sentirnos mal, tomarlo como algo personal, culpar, manipular o querer que el otro cambie.


Sí, sí… querer que el otro cambie. ¿O no?


Pongamos un ejemplo:

Un hombre al que le molesta mucho el desorden. Su hijo llega a casa, se quita los zapatos, los deja en medio y se va al salón a ver la tele.


El hombre (padre), se siente muy molesto y empieza a enfadarse, y a hacerse toda una historia mental, con juicios, percepciones y proyecciones de sus necesidades no satisfechas… y cada vez se va enfadando más…


Él cree que se ha enfadado por la conducta de su hijo, y piensa que por lo tanto, no se enfadaría si su hijo fuese más ordenado.


«Si mi hijo pusiera las cosas en su sitio, yo no me enfadaría.»


Pero, ¿realmente se ha enfadado por la conducta de su hijo o por la interpretación posterior?


Lo que vemos en el ejemplo, es una muestra de cómo la Sombra se manifiesta en nuestro día a día.


El libro Un Curso de Milagros, dice: «nunca estoy enfadado por la razón que creo».

¡Qué gran verdad!



Esto no quiere decir que en el ejemplo, el padre no deba poner normas o límites. Puede hacerlo.


Lo que quiere decir, es que independientemente de la conducta correctiva que adopte el padre, puede dejar de sufrir mentalmente, e incluso utilizar ese suceso para liberar una parte de su Sombra.




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